Por inercia natural tendemos a explorar el mundo donde nos encontramos, vivimos en una constante conquista de nuestro derredor (Cf. Ortega y Gasset, 1946a: p. 55, 16).
En mi presente ensayo deseo desarrollar que a medida el hombre ame -φιλο- su realidad y tome conciencia de sus circunstancias accederá al saber -σοφία- encaminándose a una vida con sentido.
Para argumentar mi tesis quiero apoyarme en una escena de El principito, para ser más exactos en el capítulo XXI: el encuentro entre el zorro y el principito. De manera breve, el zorro, que entra en contacto con el principito, le pide que lo domestique para que puedan ser amigos. El principito al no saber qué es domesticar, le pide una definición al zorro, quien le dice que es crear lazos, tomando primero distancia y acortándola con el tiempo, además añade: “si me domesticas, tendremos necesidad uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo” (De Saint-Exupéry, 2011: p. 79). Antes de finalizar la escena de la domesticación, el zorro, le dice con mucha sutileza al principito: “Los hombres han olvidado esta verdad (...) Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado” (De Saint-Exupéry, 2011: p. 86).
A partir de esa escena, quiero construir un camino que, como personas, debemos recorrer para darle sentido a las cosas -res- en nuestras vidas. Este camino se niega a la intrusión intelectual y solo se entrega a quien se toma el tiempo de domesticarlo.
El primer paso, para convertir lo inmediato, es la perspectiva (Cf. Ortega y Gasset, 1946a: p. 57, 23). La perspectiva es la distancia que le damos a los objetos inmediatos, con el fin de poder ubicarlos, otorgarles la posición correspondiente, y darle profundidad a su significado en nuestras vidas. En el encuentro del principito con el zorro la perspectiva es la que permite, en primer momento, la domesticación de su nuevo amigo; es la distancia inicial que nos favorece ir conociendo y acortando nuestras circunstancias, nuestros zorros. Según Ortega y Gasset (1946a) la perspectiva que aplicamos a nuestro entorno perfecciona las cosas, es decir, a medida nos dejamos fecundar por los valores superiores podemos entrar en verdadero contacto con lo mínimo (Cf. p. 57, 24-27). La riqueza de la perspectiva es reabsorber nuestras circunstancias a partir de lo menudo, lo particular (Cf. p. 57, 28-33). Solo desde la perspectiva puedo integrarme y ser yo mismo, encontrar lo que para cada uno es único en el mundo.
El segundo paso, lo que debemos ejercer sobre los objetos en perspectiva, es la meditación (Cf. Ortega y Gasset, 1964: p. 59, 5). El zorro, la circunstancia, define la domesticación como crear lazos, esto se traduce, para nosotros, como vincular los objetos externos a nuestro ser. Domesticar nuestro entorno consiste en encontrar el sentido que tiene aquello, que nos rodea, en nuestra vida. La meditación sobre nuestros particulares nos permite colonizar nuestras circunstancias. Ortega y Gasset (1946a) llama a esto, apoyado en la idea de Platón, el ejercicio del amor, φιλο, que nos sensibiliza y trabaja como un arquitecto divino, para que todo el universo viva en conexión (Cf. p. 50, 34-35).
El tercer paso, a dar sobre lo domesticado, es el comprender (Cf. Ortega y Gasset, 1946a: p. 57, 18). El zorro le advierte al principito la consecuencia de la domesticación: “Eres responsable para siempre de lo que has domesticado” (De Saint-Exupéry, 2011: p. 86). Vivimos creando lazos superficiales con todo lo que nos rodea, nos encanta saber de todo, pero no creamos lazos profundos con lo que nos rodea, por eso no comprendemos nada. Para Ortega y Gasset (1946a) la comprensión debe de ser para nosotros un afán -amoroso-, una aspiración por explotar la plenitud de nuestras circunstancias en materia de significación para nosotros, asimilar el vigor esencial del extrarradio de nuestra vida (Cf. p. 54, 1-16).
Como conclusión, hemos hecho un recorrido que nos indica el camino de acceso al sentido de las cosas, al saber. Es nuestra obligación apelar al culto meditativo del amor (Cf. Ortega y Gasset, 1946a: p. 61, 43) para que nos permita conectarnos con nuestro entorno. El φιλο -amor- hacia la σοφία -saber- se aprende a medida que se ama la vida. Depende de nosotros amar y domesticar a nuestras circunstancias con responsabilidad.
Referencias
De Saint-exupéry, A. (2011). El principito. México: Editorial Planeta Mexicana, S.A. de C.V.
Ortega y Gasset, J. (1964). Ensimismamiento y alteración. En C. Sosa (Comp.). Compendio MTI 2013. Lecturas, guías y documentos básicos para la asignatura Métodos del Trabajo Intelectual. (pp. 35-48). Managua: s/e.
-----. (1946a). «Meditaciones del Quijote» (Introducción). En C. Sosa (Comp.). Compendio MTI 2013. Lecturas, guías y documentos básicos para la asignatura Métodos del Trabajo Intelectual. (pp. 49-62). Managua: s/e.